martes, 3 de noviembre de 2009

EL CONSUMISMO

El consumo de drogas es un hecho antiguo. En todas las épocas los hombres han conocido - y han consumido - sustancias que hacen experimentar estados de lucidez y oscuridad mental, de excitación o de relajamiento en el ánimo, de euforia o pasividad y abulia a quien las ingiere. Se trata, como es sabido, de sustancias variadas que se engloban bajo la denominación común de drogas.

No es un hecho nuevo el consumo de drogas, pero en nuestros días es novedosa la extensión del fenómeno, la calidad de los nuevos usuarios-la gente joven, los adolescentes- y los intentos de justificación de esta conducta.



Por tratarse de un hecho humano, el consumo de drogas tiene junto a sus aspectos médicos, psicológicos, sociales, jurídicos, etc., una dimensión moral. Esta dimensión moral es la que estudiaremos a continuación.

Antes de comenzar es oportuno hacer presente que el examen oral de un hecho significa penetrar en un orden de cosas distinto del orden en que se mueven las ciencias comúnmente llamadas positivas o experimentales: la química, la medicina, la psicología, la sociología, etc. A estas ciencias les interesan las causas y los efectos inmediatos de las cosas o de los hechos; el moralista, en cambio, se sitúa más abajo, podríamos decir, en el dominio del ser; y específicamente, del ser del hombre. Porque la ciencia moral busca la norma, el deber-ser, no arbitrario o antojadizo, sino necesario, que está vinculado al ser mismo de las cosas y del hombre.